Excursión Sevares-Cangas de Onís. 22 de Enero de 2011
Estimados Babelianos:
Pues vamos allá con la Crónica que lleva por título “Sevares – Cangas de Onis”… (que si no escribo luego la gente me pega, me amenazan por los pasillos de la escuela y me miran con miradas amenazantes y amenazadoras…)
¡Hogar dulce hogar…!. Estoy cansado pero contento, (sí, no es incompatible).
- Contento porque tuvimos un día con buen tiempo y como viene siendo habitual disfrutamos de bellos parajes (algunos más que otros, porque con lo que corren no les da tiempo ni a ver por donde van) y como siempre de buena compañía.
- Cansado porque esta noche, la del Viernes para el Sábado dormí poquitas horas. Me desperté a las 5 de la mañana y fui incapaz de seguir durmiendo. Estuve a punto de no ir, pero como a las 8 no me encontraba demasiado cansado me arriesgué y aguante los 16 km.
Como viene siendo habitual, partimos a las 9 de la mañana desde la Escuela de Idiomas. Yo como había “madrugado” tanto, increíblemente llegué a la Escuela a las 8:50, cuando casi no había llegado nadie todavía (ni el autobusero). Una vez congregados todos los asistentes y llegado el autobusero partimos puntuales rumbo a nuestra primera parada: Infiesto.
Por cierto, antes de que se me olvide quiero resaltar la gran ausencia de Carmen. (Sí, ya sé que faltó mas gente, y no quiero hacerles de menos: Mar, sus niñas, María José, Elena, Marta, Belén, etc, etc) pero es que Carmen es mucha Carmen, y en el sector trasero del autobús acusamos su ausencia.
Tras haber superado la “tragedia” de la ausencia de Carmen, nos repusimos como pudimos y tímidamente comenzamos a cantar, gracias mayormente a la también infatigable EncaNna, que supo sobreponerse a la mencionada “tragedia”, sacó fuerzas de flaqueza de donde pudo y nos deleitó con la canción de “La Rana”. La canción no es que fuera difícil, pero tenía su “qué”, era pelín complicado acordarse de tanto bicho (yo siempre confundía a la mosca y a la araña…) Luego proseguimos cantando, o intentándolo, lo que buenamente pudimos (todo sea por mantener el espíritu “lúdico-erótico-festivo” del sector trasero del autobús.
Por si acaso alguien no se percató, remarcar que esta vez debido a la ausencia de Carmen, fuimos incapaces de cantar la canción de la "Cubertería-Vajilla” (sin Carmen, no es lo mismo…). Para los que no sepan de que hablo: para muestra un botón:
Nota 1: Aunque parezca increíble, esta Nochevieja (que por cierto disfruté como un enano: llegué a las 10:30 a casa…), bailé la canción de la “Cubertería-Vajilla” en más de un “garito”, pues al parecer está de moda. Eso sí, mis amigos cuando la bailaba se miraban unos a otros con caras raras y luego me miraban a mí con la misma rareza en sus caras (ellos se lo pierden: no han venido con nosotros, no se saben la canción).
Nota 2: Los nuevos que sepan que se tienen que estudiar Letra y Coreografía y en la próxima Excursión tienen que bailarla y cantarla.
Bueno, pues lo dicho, después de nuestros primeros cánticos por fin llegamos a nuestra primera parada. Como viene siendo habitual, nuestra parada fue en Infiesto. Esta vez, al menos en mi caso, no tocó pincho y tuve que contentarme-conformarme con una café y una “pseudomagdalena” con cobertura de chocolate.
Nota 3: Cuando fui a pagar la señora del Bar me pidió disculpas por “tardar tanto” en atendernos. Le dije que no se preocupara que entendemos que somos mucha gente y está ella sola en el bar. Me dio las gracias y nos dijo que éramos muy amables que teníamos mucha paciencia y que siempre le tratábamos muy bien.
Bueno, tras haber llenado la panza, haber hecho pis, y todas esas cosas que se hacen en ese tipo de paradas, continuamos ruta hacia Sevares.
Nota 4: Destacar que pese a que en esta ocasión las “consumistas” habituales no se pillaron nada en “los chinos”, una componente de nuestro grupo, María, que a petición suya no diré su nombre pues prefiere permanecer en el “economato” (anonimato), se pilló un Jersey que estaba de rebajas, con un 33% de descuento.
Como se nota la gente con clase: mientras algunas que yo me sé pillan cosas en los chinos, nuestra amiga María, que repito prefiere permanecer en el “economato”, optó por irse de compras por las “boutiques” del pueblo.
Una vez llegados a Sevares, nuestro punto de partida real, a eso de las 11, comenzó nuestra verdadera ruta “to-llana, to-lisa, toa-cuesta-abajo”.
La verdad que esta vez tampoco os podéis quejar de la ruta y de su distancia y dificultad: os dijimos que eran 16 km y fueron 16 km. Además la ruta había sido previamente testada por el trío: Paco, Jose "To-liso" (Josechu), y Carlos "To-llano". (Que sería de nosotros sin ellos, que se lo curran planificando rutas y haciendo el trabajo de campo, nunca mejor dicho, para ir a conocer la ruta y saber a que nos vamos a enfrentar).
Por cierto, gracias también a Carmen, a Sol y a su compañera que está con ellas en “Información” (lo siento, ahora no me acuerdo de su nombre), por encargarse de la cuestión de las Inscripciones y a Sol y Carmen además de por eso, por encargarse de la cuestión “pecuniaria”, vamos recaudar las pelas y pagarle al señor autobusero , y controlar que no haya ningún moroso… jajaja.
Gracias también al Señor Ojeda por la cuestión “Logística”, vamos, por encargarse de llamar al autobusero, y a Lysbeth por encargarse de la Cartelería para anunciar en la Escuela cada una de nuestras Excursiones-Salidas (aunque siempre me ponga mal la dirección de nuestra web).
(Bueno, continúo con la crónica, que me enrollo con las persianas…)
A eso de las 11, comenzó nuestra caminata con una ligera cuesta inicial que fue bastante llevadera. Destacar también, que a la mínima ocasión “los de siempre” aprovecharon para dejarnos atrás y sacarnos una considerable ventaja.
Nota 5: No sé pa’ que corréis tanto, si el autobús no se va a marchar sin vosotros. Además, no os da ni tiempo de disfrutar del paisaje y de la flora y fauna autóctona: perros, gatos, un gocho, vacas y una especie de “patos-ocas-gansos” salvajes, que por cierto, como chillaban los jodios, antes de llegar al puente (desde la carretera) ya se les oía chillar.
Los más osados, se atrevieron a darle de comer a los “patos-ocas-gansos” salvajes que estaban emocionados y encantados con nuestra visita (a juzgar por todo el jaleo que armaban con sus escandalosos “chillidos-graznidos”…)
A eso de la 1 y media, dimos cuenta de nuestros bocatas, “taper-guares” con la tortilla, el pollo y esas cosas.
Durante la ruta, llegamos a un punto en el que había una “bolera”. Los más osados intentaron, con mayor o menor fortuna, intentar tirar algún bolo. Viendo que aquello era más difícil de lo que pensaban, al final optaron por poner más bolos y más juntos para que fuera más fácil, pero aún así les costó lo suyo derribar los puñeteros bolos. (Yo al principio temí por mi integridad, mientras hacía fotos y ellos lanzaban las bolas pues no les vi yo que dominaran mucho la técnica). (Yo decidí no lanzar, más que nada para que no hubiera ninguna baja en el grupo…).
Cuando llegábamos a nuestro destino, Cangas de Onís, y estando al lado de un estupendo bar, a una mente pensante, Lysbeth, de la cual tampoco voy a dar su nombre, puesto que también prefiere permanecer en el “economato” (igual que nuestra amiga María) se le antojó que ese bar no era de su agrado, pues en el bar que había "no sé donde" ponían un café estupendo (a mí que más me daba por dios, que yo no quería café…, tan solo quería sentarme y hacer un pis, que no podía con mis pies…).
Pues lo dicho, como el bar no era de su agrado, intentamos cruzar por aquella zona del puente que para nuestra desgracia estaba cerrada por obras, para llegar al otro lado e ir al bar. Finalmente tuvimos que dar un pequeño-GRAN rodeo hasta que pudimos llegar al otro lado y finalmente llegar al ansiado bar, a ese que ponían ese café estupendo (que ya podía estar bueno el café, porque menuda penitencia seguir caminando hasta llegar allí…).
Nota 6: "Lysbete" (como dice Carmen), como no te tengo en la lista de correo seguro que no llegas a leer esto, pero por si acaso: sin rencor, ¿vale? :-)
A decir verdad, gracias a ella me compré un palo pa’ caminar en una tienda que había junto a ese bar. Ya, ya lo sé…mi palo no tiene nada que ver con la calidad y la categoría de los bastones de la línea “Antonio-Gala” de algunas que yo me sé, pero bueno, algo es algo.
Nota 7: Que sepáis que los bastones de la línea “Antonio-Gala” están causando furor. El otro día me encontré a una señora que llevaba uno, con una bolita roja. Eso sí, el batón parecía tener un poco más de calidad que el de los chinos pero el diseño desde luego era el mismo.
Tras descansar y retomar fuerzas, nos dirigimos de nuevo al encuentro de nuestro amigo el autobusero. Una vez en el bus, hicimos el recuento de rigor y como no faltaba nadie partimos rumbo a Oviedo.
Durante el viaje de regreso, Encar nos deleitó de nuevo con su canción de la rana, y canciones varias. Ah, se me olvidaba, al principio del viaje, y a petición de Felipe, hicimos un pequeño homenaje a Augusto Algueró, cantando, o intentándolo, algunas de sus composiciones.
Mientras regresábamos en el bus camino a Oviedo, parte de la “Cúpula Directiva” (es una forma de hablar, aquí nadie dirige a nada ni a nadie), esbozamos las fechas y destinos de nuestras próximas rutas. De todo esto ya os informaré vía Correo.
Finalmente a eso de las 7 llegamos a Oviedo, y como nadie se animo a quedarse a tomar algo pues cada uno pa’ su casa.
Destacar sobremanera, la suerte que tuvimos con el tiempo. Tuvimos durante la mañana momentos de Sol, y pese a que posteriormente enfrió un poco fue totalmente llevadero. Yo personalmente pensé que íbamos a pasar bastante frío, pues el día antes en Oviedo hizo mucho frío. Afortunadamente nuestra amiga-enemiga la lluvia, no nos honró con su presencia. No obstante, yo había metido en la mochila “de todo un poco”: sudadera, paraguas y mi nuevo chubasquero, comprado en “Almacenes Uría” (precio, tradición y calidad desde siempre). Destacar que el chubaquero me lo regaló la “Tita Carmen”, sí, nuestra Carmen, por haber aprobado todas en la Primera Evaluación…. Jajaja...
Bueno, pues a grandes rasgos, esto fue todo. Gracias de nuevo a todos por vuestra asistencia, ya que gracias a todos vosotros ese tímido e inocente Proyecto, llamado Torre de Babel, está cada vez más consolidado y con una salud de hierro: ¡42 personas!.
Pues nada, que esta crónica llegó a su fin. Ahora como siempre, os toca opinar (sobre todo esos que me leen “en la sombra”, y que ellos saben quienes son). Os toca dar vuestra opinión y vuestra perspectiva particular y personal sobre la Ruta en su conjunto.
Gracias a todos y saludos. ;-)
José Manuel (el Informático…)
Pd. Se me olvidaba. Gracias también a los nuevos por haberos atrevido a venir con nosotros. Espero que no os hayáis llevado un concepto erróneo de nosotros, pues nosotros no siempre somos así.
(Vale, vale… cuando está Carmen somos peores… jajaja.)